Hacia 2035: un ecosistema digital en Chile

28/07/2022

El siglo XXI comenzó expandiendo la frontera de la digitalización y la conectividad. De un ecosistema limitado y anclado a lo fijo se pasó a uno con enorme –y creciente—capacidad de trasmitir y procesar datos, incluso en movimiento. De lo fijo y limitado se pasó a lo móvil e ilimitado, acentuando la convergencia, y diluyendo la frontera entre lo físico y lo virtual. El resultado ha sido una trascendental explosión de soluciones con alto impacto en la productividad de las empresas y la calidad de vida de las personas. La pandemia por COVID 19 reforzó esta tendencia, que se expandió a todos los sectores de la sociedad, y se aceleró fuertemente.

 

Hoy resulta clave para todos las personas y agentes de la sociedad no sólo estar conectado a la red, sino que estar digitalizados, incluyendo a hogares, empresas y gobierno, una dinámica que no hará sino reforzarse y profundizarse. La época de cambios dio paso a un cambio de época. Este nuevo desafío exige una nueva forma de diseñar e implementar políticas públicas, distinto de las comunes agendas digitales vinculadas a programas de gobierno y circunscrito a plazos de ejecución de mandatos presidenciales. Con esta premisa la Comisión de Transportes y Telecomunicaciones del Senado en junio de 2021 invitó a constituir una mesa de trabajo para diseñar una Estrategia Digital al 2035, con la incorporación de la sociedad civil y el sector privado.

 

Chile ha logrado importantes avances en el desarrollo de su infraestructura de telecomunicaciones, y en el uso de herramientas digitales, pero está lejos de aprovechar plenamente las oportunidades derivadas de la digitalización de modo inclusivo, en de expandirla a áreas como la economía, salud, a educación, o el gobierno digital. También subsisten brechas de conectividad, acceso y capacidad de uso, vinculadas a diferencias en niveles de ingreso, educación, edad, género o ubicación geográfica. El esfuerzo de los privados y del Estado ha permitido estos avances, pero existe conciencia de que la transformación requerida no es factible por su envergadura sin la acción mancomunada y planificada de todos los actores. Con este punto de partida en junio de 2021 se dieron cita la Comisión de Transportes y Telecomunicaciones del Senado, la Comisión Económica para América Latina (CEPAL-ORBA), y diversos actores de la sociedad, con el objeto de desarrollar una visión compartida y metas consensuadas para el desarrollo digital del país en el mediano plazo.

 

El resultado de ese diálogo (tras diez meses de trabajo) es la Estrategia de Transformación Digital- Chile Digital 2035, que contiene una propuesta concreta de hoja de ruta para alcanzar en 2035 (o tras tres períodos de gobierno) un conjunto de metas enfocadas en cerrar brechas y masificar la capacidad digital de la sociedad. La Estrategia busca definir las metas, los plazos, las acciones, y los responsables, para que en 2035 el país cuente con la infraestructura y las capacidades necesariaspara una plena inserción a la sociedad digital. La Estrategia se sustenta en dos pilares:

conectividad sin brechas y digitalización. De ellos se desprenden 11 desafíos estratégicos y 38 líneas de acción. La implementación se hará mediante planes de corto plazo, que de manera secuencial irán abordando los temas.

La estrategia comprende el conjunto de iniciativas, acciones, programas y proyectos que permiten garantizar el acceso, aprovechamiento y uso adecuado de la tecnología sin diferencias o discriminación. La base es contar con una adecuada conectividad para hogares, empresas, y entidades del Estado. Estos objetivos se lograrán con una combinación de tecnologías y modelos de negocios, regulación específica, y nuevos instrumentos de subsidio a la oferta y la demanda.

Cerrar la brecha de uso requiere habilitar a ciudadanos y trabajadores en las competencias requeridas, un esfuerzo más allá de la alfabetización digital, extendiéndose a la forma en que se concibe la educación, y que considera explícitamente la reconversión laboral. Los derechos digitales ocupan una sección especifica, mismo que la digitalización productiva. La pandemia demostró que todas las empresas, independiente de su tamaño y actividad pueden beneficiarse y ofrecer mejores productos y servicios transformando sus procesos.

La digitalización del Estado, para acercarlo aún más al ciudadano, pero también rediseñando sus procesos y la actualización normativa del sector, son un componente fundamental para el éxito de la estrategia. Tiene el Estado un rol vital en generar el marco normativo estable que atraiga las inversiones, y a la vez fiscalice la calidad de los servicios. La ciberseguridad cruza todos los pilares como un eje transversal de la estrategia.

Por último, se propone una gobernanza digital que asegure la implementación de la agenda, su seguimiento y adecuación en el largo plazo, e idealmente se incorporen a las agendas de los futuros gobiernos. La gobernanza resulta clave para ejecutar los planes concretos de corto y mediano plazo que se suceden en la hoja de ruta de la estrategia. La Estrategia reconoce que la implementación exitosa de sus pilares demanda de una institucionalidad capaz de superar los ciclos políticos, asumiendo el cierre de las brechas como una política de Estado y que reconoce la necesidad del esfuerzo público-privado.

A diferencia de otras acciones similares en el pasado, la Estrategia 2035 ha resultado de un trabajo liderado por el poder legislativo, que reconoce el valor de la acción público-privada, y la importancia de incorporar el conjunto de visiones de la sociedad. Su ejecución requiere que los sucesivos gobiernos se apropien de su contenido, demanda importantes desafíos legislativos y presupuestarios, y solo podrá ser ejecutado con participación de todos los actores de la sociedad.

 

Alfie Ulloa

Presidente Ejecutivo, de la Asociación Chilena de

Telecomunicaciones (ChileTelcos)

 

Puppy Rojas

Gerente General, de la Asociación Chilena de

Telecomunicaciones (ChileTelcos)

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