«La Mutación delictual que acecha a las telco: “Ahora se roban las baterías y las torres completas” – Entrevista Alfie Ulloa en La Tercera

07/11/2025

Entrevista de Alfie Ulloa, presidente de Chile Telcos, para La Tercera.

El presidente del gremio que agrupa a las empresas de telecomunicaciones, Alfie Ulloa, cuenta sobre los curiosos lugares dónde van a parar las baterías que alimentan sus estaciones base y los teléfonos móviles que saquean de sus tiendas.

Hasta hace poco iban por los cables de cobre. Como ya prácticamente no quedan, puesto que las redes fijas ahora casi en su totalidad están construídas con fibra óptica, el delito que tiene bajo acoso a las empresas de telecomunicaciones (las denominadas telco) es también el robo, pero de las antenas para la telefonía móvil. Aunque han habido casos en que se han sustraído las torres completas que soportan las antenas, para reducirlas como metal, los casos más frecuentes afectan a los equipos de generación autónoma de electricidad asociados a cada antena.

Cada antena debe contar, por disposición normativa, con un equipo de energía de respaldo, que le permita seguir funcionando en caso de corte de electricidad, al menos por cuatro horas. Aunque tras el mega apagón de febrero, se promulgó un decreto que extiende esa autonomía hasta seis horas.

En su mayoría, ese respaldo de las torres está asociado a una batería alimentada de un panel solar. Y es justamente este equipo el que hoy los delincuentes roban para revenderlo. Su costo real fluctúa entre 1 y 2 millones de pesos, y se expenden en marketplaces de internet a mitad de precio.

‘Siguen habiendo robos que buscan metal. En algunas ocasiones hasta las torres completas han desarmado, se llevan las partes y venden el fierro a chatarreras. Se aprobó una ley en el Congreso que agrava el delito y hemos visto que ha bajado. En parte, además, porque ya no nos quedan cables de cobre en la red. Ahora, esa gente empezó a robar muy fuertemente los cables de cobre a las eléctricas’, comenta Alfie Ulloa, presidente de ChileTelcos, el gremio que agrupa a las empresas de telecomunicaciones.

En todo caso, cuenta que los delincuentes intentaron hacer negocio con la fibra óptica, que robaban y llevaban a Bolivia, pero al parecer no tuvieron éxito, por lo que este tipo de sustracciones son menores.

‘Lo que nos están robando ahora es material no chatarra, sino material activo de los sitios. Principalmente, lo que tiene que ver con energía: los paneles fotovoltaicos, las baterías de litio, en algunos lugares se roban el combustible y nos han robado generadores de 800 kilos, con camión y grúa’, cuenta Ulloa.

Actualmente, hay poco más de 50 mil estaciones base para la red celular del país y 18 mil están en la Región Metropolitana. Y si antes el cable o el fierro que se robaba estaba destinado especialmente a la exportación ilegal en contenedores, el mercado para esta nueva línea de negocios criminal es interno. Y tiene tres vías principales de salida.

‘El mercado más curioso es el de los pescadores artesanales. Por razones de voltaje y amperaje, estas baterías sirven para los botes. Algunas empresas que le ponen GPS a sus equipos, han visto el GPS navegando’, explica el dirigente.

‘El otro mercado, un poco más pequeño, es el de camioneros y tuneadores de autos, que le ponen estas baterías a los mismos autos y a los equipos de música’, añade.

‘Pero el mercado principal es el del uso de la batería asociada a un panel fotovoltaico como energizante principal de una residencia. El robo más común viene asociado a lugares donde hay tomas. En el norte es mucho, por los paneles, porque el sol es más atractivo allá’, puntualiza.

Para enfrentar esta nueva moda delictual, las empresas de telecomunicaciones han debido recurrir a obras civiles para proteger las baterías, como cinturones de acero o incluso búnkers con cámaras y sensores de humo.

Para reponer entonces las baterías perdidas, la industria está invirtiendo del orden de los US$600 millones en equipos nuevos y otros US$600 millones en seguridad para las antenas. ‘Nos sale tan cara la batería como la obra civil para protegerla’, comenta Ulloa.

Dónde van los teléfonos robados

Pero hay otro delito que también persigue a la industria. Es el robo de teléfonos móviles en tiendas, donde bandas ocupan adolescentes para entrar en turba y saquear sus locales. Eso sí, el mercado de estos teléfonos robados no está en Chile.

‘El grueso de los teléfonos que roban en turbazos van a Bolivia, o a Perú, Argentina y hasta Venezuela. Pero no se quedan acá’, explica. ‘Hace poco agarraron una banda que tenía montones de teléfonos, algunos nuevos y otros usados, que les roban a la gente en la calle, que se los estaban llevando a Bolivia’, cuenta.

Lo que ocurre es que los aparatos sustraídos son inmediatamente bloqueados aquí en el país, por lo que no pueden usarse en la red chilena. ‘Los teléfonos tienen una cosa que se llama IMEI, que es como el número de chasis del vehículo. Ese IMEI lo pongo en el sistema y lo bloqueo, y no permito que ese teléfono trafique datos dentro de la red chilena, pero puede funcionar afuera’, añade.

Sin embargo, el negocio de robar teléfonos que pueden costar hasta $1 millón sigue siendo atractivo, por estas ‘exportaciones no tradicionales’. Entonces, la manera de reaccionar de las telefónicas ha sido cerrar sucursales, sobre todo las que dan a la calle y las de algunos pueblos y ciudades, privilegiando la mayor seguridad que brindan los malls. También por un tema de costos.

‘El nivel de seguridad que tienes que tener para una sucursal hoy en día es como el de una joyería, o sea, blindados, retardantes de fuego, alarmas, etcétera’, afirma.

Venta de Telefónica y cambios en la industria: ‘Lo que hay es consolidación’

La industria de las telco ha estado marcada en el 2025 por un meganegocio que aún no se concreta y que incluso podría no realizarse: la posible venta de los activos de telecomunicaciones fijos y móviles del grupo español Telefónica en Chile, representados por la marca Movistar.

Aunque hace tres semanas Entel y América Móvil -propietaria de ClaroVtr- oficializaron su interés por los activos chilenos de Telefónica, señalando incluso que existía una alianza entre ambos y que se había presentado una oferta no vinculante, y que la propia española admitiera que ha recibido ‘diversas manifestaciones de interés no vinculantes’ y que está llevando a cabo un due diligence, no se ha sabido de avances. Sólo trascendió, según publicó Pulso, que la fecha de presentación de ofertas vinculantes, prevista originalmente para mediados de octubre, fue postergada hasta finales de noviembre.

Fuentes conocedoras del rubro dijeron que la oferta inicial de Entel y ClaroVtr había estado por debajo de las expectativas y que, al parecer, la hispana no estaría dispuesta a vender a toda costa, sino sólo si llega una propuesta atractiva.

Al ser consultado el presidente de ChileTelco, asegura no tener más información que la aparecida en la prensa y que se refiere a que existen sólo incumbentes interesados por el negocio móvil y que habría más por el área fija.

‘Lo que sé de las ofertas son las que conozco de la prensa. Son Entel y Claro por el total de los activos, más los rumores de otros operadores fijos incumbentes por el negocio fijo y operadores incumbentes por el negocio de televisión de pago, que son más o menos los negocios que hay. Yo no conozco de ningún nuevo entrante’, dice Ulloa.

-¿Cuál es la perspectiva entonces para la industria en términos de actores?

-En ningún país que uno vea de la región están entrando nuevos actores. Lo que hay es consolidación. El único actor que está entrando fuertemente es Millicom. Pero aparentemente tiene una decisión de entrar solo en mercados consolidados. Y hasta donde sabemos, no conozco si tiene una oferta por los activos de Telefónica.

-Estamos en pleno proceso electoral, ¿cuál es la mirada de la industria sobre la visión de los candidatos del sector?

-Este es el sector más dinámico en inversión de Chile de los últimos 4 o 5 años, más de US$6-7 mil millones. Y hay un consenso bastante amplio de que ninguna candidatura tiene la visión de lo digital como estratégico para el país. Hay una oportunidad en los próximos cinco años que se va a cerrar en el procesamiento y alojamiento de datos. En dos años, tienes un data center operativo, pero demoras cinco años en hacer una planta de electricidad. Y la ventaja que tiene Chile es que tenemos energía de sobra en el norte y a precios competitivos y tenemos buena conectividad, pero hay que hacer cosas.

En los próximos cinco años podemos convertirnos en un hub digital o no. Brasil, Uruguay y Argentina están muy embalados para serlo. El anuncio de OpenAI, de esa inversión enorme en Argentina, a todos nos dio un poquito de envidia. ¿Cuál es la visión de desarrollo digital del país? Colombia la tiene, Brasil la tiene: supercomputación, computación cuántica, la nube, montones de cosas que yo no veo, al menos en los programas.

-¿Qué se necesita para que eso cambie?

-Primero, necesitamos que el Estado enfrente al mundo digital no con una ventanilla única, sino con una cabeza única. Puede ser una agencia digital como en Uruguay o un ministerio como en Colombia. Porque hoy hablamos con seis ministerios distintos y eso no sirve. En el Legislativo, con un montón de leyes, reglamentos y agencias, y en el Ejecutivo, que haya un solo hacedor de política digital.

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